Aplicamos sobre la zona a tratar ultrasonidos, o dicho de otro modo, vibraciones sonoras superiores a 16.000Hz. Se produce una contracción inmediata de la piel gracias a la reestructuración de proteínas concretamente, del colágeno, elastina y neocolagénesis.
A medio plazo, el HIFU estimula los fibroblastos (encargados de producir el colágeno en las células), trabajando así sobre todos los niveles de la piel: epidermis, dermis profunda y SMAS (Superficial Muscular Aponeurotic System), siendo esta última estructura de vital importancia en la arquitectura facial.
¿El resultado? Una piel más tersa, elástica y firme.